mércores, 14 de febreiro de 2018

INÉS DE CASTRO & PEDRO I DE PORTUGAL



Inés de Castro, gallega del siglo XIV, fue amante de Pedro de Portugal cuando era aún infante. Más tarde reinaría el país luso como Pedro I. La gallega no era bien vista por los nobles portugueses y entre unos motivos y otros, la relación acabó costándole la vida.

Inés era dama de compañía de la segunda esposa de Pedro de Portugal. . Inés se casó secretamente en 1354 con el rey, matrimonio del que nacieron cuatro hijos. Como decía, no era muy bien vista por los nobles, tanto es así, que acabó asesinada por orden del entonces rey, el padre de Pedro, y en secreto, su suegro. Esto provocó que el hijo se rebelara contra el padre, aunque más tarde se reconciliaron.

A la muerte del rey, Pedro subió al trono, viudo de Inés y fue entonces, una vez coronado, cuando hizo público que se había casado con la difunta. Ordenó que a partir de entonces fuera considerada reina y que ajusticiaran a sus asesinos. 

haciéndoles sacar el corazón a cuchilladas.

Tras ello dicen el rey ordenó desenterrar el cadáver de su esposa (que llevaba 5 años muerta) y lo hizo coronar y entronizar, vestido con sus mejores galas, obligando a toda la corte a besar la mano descarnada de la difunta mientras observaba atentamente los rostros de los atemorizados cortesanos por si alguno de ellos daba muestras de repulsión ante el macabro acto.


 Pedro e Inés están enterrados juntos y el rey dispuso todo para que sus túmulos funerarios fuesen colocados “pies contra pies”, en lugar de uno junto a otro como es habitual. Ordenó que fuera así para que el Día del Juicio Final, al resucitar, lo primero que viera cada uno fuera al otro.

 Este es el origen del famoso dicho sobre Inés de Castro: fue reina después de muerta.

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